La cicatriz se considera como el resultado del proceso de curación de cualquier herida: en un considerable porcentaje de casos puede conllevar a una condición patológica, provocando dolor, problemasfuncionales o psicológicos y dañosestéticos, algunas veces relevantes.
El texto enfrenta el tratamiento de las cicatrices desde una óptica del sistema corporal: es fundamental saber manipular la discontinuidad cutánea y entender las conexiones intrínsecas.
El argumento interesa a todas las figuras profesionales que usan la propia manualidad para tratar de resolver los cuadros sintomatológicos conectados, directa o indirectamente, a la cicatriz. El profesional podrá aprender muchas técnicas para evaluar las diferentes evoluciones de la piel tras una alteración, pero sobre todo para intervenir con tratamientos eficaces.